LA INVOLUCIÓN DEL FÚTBOL SALA

LA INVOLUCIÓN DEL FÚTBOL SALA
Es difícil, muy difícil escribir cuando la desolación y la rabia te corroe por dentro. Desolación porque era una oportunidad buenísima para conseguir la tercera estrella y rabia porque en el mejor partido que hemos hecho en todo el mundial la suerte nos dio la espalda una vez más en este campeonato. 
Nuca fue fácil amar este deporte y olé por todos aquellos que se quedaron hasta las 3 de la mañana alentando a este equipo que hace pocos meses nos hizo muy felices levantando la copa de Europa. No fue fácil apoyar un deporte al que sus máximos dirigentes maltratan una y otra vez. Y claro, si nosotros no nos preocupamos por él, cómo pretendemos que los demás nos respeten. Por qué futsal y no fútbol sala, por qué al cachondeo de las nacionalizaciones, por qué 12 metros en lugar de 10, por qué un mundial en un sitio que prácticamente no interesa este gran deporte como demuestra la escasa afluencia al pabellón y sobre todo, por qué unos árbitros de paupérrimo nivel capaces de expulsar a un jugador en una jugada en la que se rompe el cruzado? Si queremos ser olímpicos, si queremos que nos respeten tenemos que hacernos respetar y probablemente el camino por el que nos llevan los dirigentes no es el adecuado. Esa no es la senda de la evolución, sino más bien lo contrario. El portero jugador, el saque con los pies, abolir el mítico "campo", todo esto nos lleva a una gran involución.
Creemos que mostrando las diabluras y filigranas de falcao o ricardinho, unos cracks por cierto, los niños querrán ser como ellos en lugar de ser Messi, Ronaldo o iniesta. Pero no estaría mal echar la vista atrás, ver de donde venimos y demostrar de nuevo que nosotros, que ESPAÑA, fue capaz de ganar dos mundiales sin ninguno de esos jugadores. Deberíamos de mirar atrás y ver dónde aprendimos a jugar, ver que antes de jugar en césped se juega en una cancha de 40X20, se juega en el patio del colegio con viento, frío, lluvia o con cuarenta grados en pleno mes de julio. Así, la involución de la que hablamos llega hasta estos extremos, la comodidad de los pabellones, el parqué y demás moderneces hacen que los niños que empiezan a jugar a esto no sientan el frío del cemento, las rozaduras cuando vas al suelo o las regañinas de tu madre cuando llegabas con el chandal roto. En esta línea, las escuelas, el formar los equipos con chicos de la misma edad ayuda a ver la calidad y la técnica de estos pero yo soy de la vieja escuela y no me vale con que seas muy rápido si no sabes meter el cuerpo, no me vale que seas muy habilidoso si no sabes elegir la mejor opción entre encarar o hacer una pared en una jugada determinada. Y lógicamente soy de aquellos que defiende que no hay ningún problema en que jugadores de 14 años jueguen/compitan con los de 16, 17 o 18. Y con toda esta involución llegamos a Colombia 2016 , a pesar de que todavía esta generación que nos ha representado creció y pertenece al verdadero fútbol sala.
No sería justo criticar a este grupo de jugadores que como he dicho anteriormente nos hicieron tan felices hace unos meses, pero tampoco podemos ser conformistas, consolarnos y refugiarnos en las bajas, en la mala suerte o en los goles de rebote de los rusos. A todos los que se dejaron ayer el alma en Colombia les digo muy alto que chapó por su entrega, y gracias, gracias porque a pesar de esta desilusión que recorre nuestras venas "fútbol saleras" nos sentimos orgullosos de todos ellos.
Pero ahora mismo es inevitable acordarse de kike, Luis amado, Paulo Roberto, julio, orol, los hermanos Linares, los "javis", torras,  Serrejón y del resto de héroes de Guatemala y China taipéi. Me acuerdo, primero por lo que nos hicieron sentir, segundo porque demostraron que lo que consiguieron no es nada fácil y tercero, me acuerdo de ellos porque crecieron jugando en el patio del colegio. Es que eran muy buenos, pero es que aparte de tener una calidad espectacular, además dominaban el otro fútbol, la patadita abajo, el protestar al árbitro con convicción, el provocar al rival en el momento justo, eso se aprende en la cancha y creo, que esto se quedó en el verdadero doble penalti, en el saque con la mano o en el "campo".
Y no, no permitiré que esto se tome como una crítica contra los que nos han representado en Colombia, sino como un tributo y un reconocimiento a aquellos campeones, porque para conseguir lo que consiguieron no bastó con ser buenos, sino que tuvieron que ser los mejores e incluso la suerte en un momento determinado les dio la cara al igual que ayer nos dio la espalda.
Chicos, queda levantarse y tranquilos, el fútbol da nuevas oportunidades como ayer la tuvieron  los rusos que consiguieron vengarse de la final del europeo. No hablaré de ciclos, ni de transiciones, porque sé que os levantaréis, volveréis más fuertes y nos haréis disfrutar de nuevo.
¡Gracias y orgullosos hoy más que nunca!
(CHR7)